ALGO PARA RECORDAR

En estos momentos tan difíciles para el equipo amarillo, me vais a perdonar, pero tengo que escribir lo que me viene a la mente en estos momentos. Fue uno de los mejores días de mi vida. Todo se remonta al 17 de junio del 2005, cuando recibo una llamada telefónica diciendo:

-"quillo, he conseguido las entradas para el Xerez-Cadiz, mañana subimos a primera".

Esa noche se hizo eterna, ya que habíamos quedado para el día siguiente a las 12 de la mañana en la estación del tren de Cádiz. El partido no era hasta las 6:30 de la tarde, pero se hizo una macroconcentración para hacer del ascenso una realidad. Aquella estación parecía una feria, todos cantando, animando al equipo, a la afición, ya que íbamos a casa del eterno rival, campo en el que es muy peligroso vestir la elástica amarilla, ya que puedes recibir algún objeto contundente en la cabeza. Pero aquel día había mas cojones que de costumbre y teníamos que apoyar a nuestro equipo aunque nos jugásemos la integridad física. Decididos a coger el último tren hacia el infierno xeresista, ya que los anteriores iban sobrecargados. Llegamos a la estación de jerez a las 5:10 de la tarde, no dejándonos ni beber agua, la policía nos escoltó a toda la expedición cadista hacia el estadio. Es sabido posteriormente, que los jugadores del Cádiz, se sentían un poco solos cuando salieron a calentar, ya que en el estadio, sólo habían entrado los cadistas que no fueron en tren. Pero al salir por el túnel de vestuarios para comenzar el partido se encuentran con una marea amarilla de unos 7000 cadistas, todos cantando y alzando a su equipo. La salida al campo fue como si saliesen al coliseo romano, con casi medio estadio para cada afición. El comiezo del partido fue impresionante ya que si el Cádiz no ganaba, tenia que depender de otros resultados para subir, y decidieron no poner información por el videomarcador. Los resultados no iban bien, ya que teníamos que ganar para subir, pero llegó el golazo de Oli, y todos los temores se marcharon, ni el mejor vino, comida ni alcohol, te hace sentir aquel estado de felicidad que vivimos. Y con la llegada del segundo de Abraham Paz, ya eramos equipo de primera. Después de 12 años alejado de la máxima competición, el equipo y la ciudad volvían a estar donde se merecían.

Al salir del estadio fue una locura, todos nos abrazábamos, todos disfrutábamos, todos eramos hermanos, todos eramos cadistas, todos eremos de primera. Tras varias horas de espera en la estación jerezana, llegamos a la tacita, con los nuestros, con todos los que se habían quedado en Cádiz, que nos recibieron como a héroes, cuando los verdaderos héroes vendrían más tarde, nosotros solo cumplimos con nuestro papel de buen aficionado del equipo amarillo. Las Puertas de Tierra era un hormiguero, no cabía nadie más, y teníamos que coger sitio para ver a nuestros jugadores. La llegada oficial se haría a las doce de la noche, pero fuentes policiales informaban que todavía estaban cenando en el hotel, pues nosotros decidimos hacer los mismo, y nos encajamos en una pizzeria de la zona, con mas hambre que el perro de un ciego. Por fin llegaron los campeones y todo estalló en una fiesta hasta altas horas de la madrugada.

Después de ver todo lo que han hecho y están haciendo con nuestro equipo, me hace pensar en la posibilidad de quedar atrapado en el tiempo, como en aquella película de Bill Murray, y despertar siempre en aquel 18 de junio de 2005.